La marca que quiera diferenciarse deberá implementar un amplio abanico de estrategias de marketing que, junto al olfativo, ayuden a diseñar la imagen de marca deseada, y una experiencia en la que entren en juego los sentidos, las sensaciones y las emociones de cada paciente. Un tipo de marketing, denominado marketing sensorial, con el que poder apelar a la parte más irracional e inconsciente del paciente, despertando sensaciones positivas vinculadas a la marca.
Esta ha de buscar una nueva relación más emocional con los pacientes que, a su vez, reclaman de ella no solo la prestación de un servicio sino también una filosofía de vida.
Estamos, por tanto, ante un nuevo tipo de paciente, mucho más exigente, que desea servicios que le generen una sensación única y de exclusividad, en la que él sea el protagonista. Asimismo, el paciente emergente que recibe un tratamiento odontológico no reduce dicha relación con la clínica dental a una simple transacción, sino a una experiencia a la que poder dotar de atributos positivos.
Experiencia del cliente:
De ahí que las instalaciones de la marca, los espacios y los objetos que en ellos se dispongan para que el paciente pueda experimentar, interactuar y ser parte activa de dicha experiencia sean determinantes en la conquista de cada primera visita. Además, y en un estadio superior, estos elementos son fundamentales para conseguir su fidelización.
Cada experiencia, estratégicamente construida, rema a favor de la calidad percibida.